viernes, 28 de abril de 2017

Surcos

Atrapado entre caminos perdidos, tus huellas me arrastran con un dolor reflejo al borde de las lágrimas tanto tiempo contenidas en mi corazón. 

La vida ensordece la angustia no formulada, otra historia jamás contada que es la misma, una oportunidad menos o tal vez la última. Tus pasos, que hilvano torpemente intentando que no se note mientras mis dedos sangran en torpes puntadas. Buscando evitar mi propio rastro, el dolor del deseo que se ha convertido en esta indeleble y ridícula soledad. Contenerme en este cuerpo que me abandona tras de ti sin remedio y sin tiempo. 

Siento la muerte de mi vida sin haberla vivido, deambulando días incompletos y fines de semana que incurren en la lentitud de lo eterno. Ya ha pasado, entramos en el declive ¿Cómo salir de esta angustia en la mitad de la vida, en la mitad del pecho y pretender volver a nacer? 

Tanto miedo de hacerte sufrir tanto como yo, tanto como tú. Los besos no son suficientes para amortiguar todo este terror que infringe volver a enamorarse cuando ya es demasiado tarde.

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