Descubre tarde, un año después o a veces una vida entera pasada, que se pudo evitar un malentendido, mucha preocupación y hasta una buena parte de angustia. Una palabra de más, una de menos, descubren la desnudez de lo que fue y a los pies quedan los harapos que cubrieron una historia que nos atrevimos a llamar propia.
Tan relativo como pensar que no puede haber errores, que serás el siguiente en la lista de espera del orden y el concierto, nunca hubo tigres que no te comerán por tus méritos y bondad.
Salvo la justificación del propio miedo, no existe ninguna otra.
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